Posible escenario (sí, puedes conseguir tus propios clientes y no depender de agencias intermediarias, eso existe, eso es real): Un cliente te contacta para traducir un Summary of Product Characteristics (SmPC), parte de la documentación que va a presentar ante la autoridad regulatoria competente del país donde desea comercializar el medicamento al que se hace referencia en este documento.
No has traducido este tipo de documentos antes. No tienes ni idea sobre qué trata ni a quién va dirigido, pero el pago es tentador y decides aceptar el trabajo. Sin perder tiempo comienzas con la traducción para llegar con la fecha de la entrega acordada con el cliente.
Traduces todo el documento, todo según aparece en la versión original en inglés. Todo todo igual que la versión en inglés, sintaxis, puntuación, terminología. Todo todo bien literal, no vaya a ser que cambies el significado del mensaje. Terminas el trabajo de traducción. Estás feliz porque llegaste sin problemas a la fecha de entrega y quedaste satisfecho con el pago.
Pasan los días, las semanas, los meses… y ese cliente no vuelve a contactarse contigo. Seguro te preguntas, pero ¿qué hice mal?, ¿por qué ese cliente no vuelve a contactarme con más trabajos de traducción médica?
Posiblemente, porque no tuviste en cuenta los siguientes aspectos que deberías haber tenido en cuenta al embarcarte en un proyecto de traducción médica tan específico como la traducción de un resumen de las características del producto (RCP).
Error #1: No contar con el conocimiento médico-científico necesario que te permita saber qué es un RCP, a quienes va dirigido y cuál es su contenido.
Un resumen de las características del producto (RCP) es un documento técnico redactado por entendidos para entendidos, en este caso, los expertos de las autoridades regulatorias encargados de la revisión de la documentación para la solicitud de autorización de comercialización de un medicamento. Es un resumen del contenido de un documento técnico de uso interno que elaboran los expertos en los laboratorios farmacéuticos, que suelen llamar data sheet, drug monograph, product information (según el laboratorio y que rara vez, si es que alguna, se traduce) y que contiene los datos sobre el medicamento recopilados durante el proceso de desarrollo.
En un RCP vamos a encontrar información sobre el medicamento con respecto a la composición cualitativa y cuantitativa, la forma farmacéutica, las indicaciones terapéuticas, las diferentes poblaciones de pacientes, la vía y forma de administración, las contraindicaciones, las interacciones con otros medicamentos, los efectos sobre la fertilidad, el embarazo y la lactancia, las reacciones adversas al medicamento, las propiedades farmacológicas (farmacodinámicas y farmacocinéticas), además de datos farmacéuticos; por ejemplo, lista de excipientes, incompatibilidades y precauciones especiales de conservación, entre otros.
Error #2: Hacer la traducción a las apuradas. No tomarte el tiempo necesario para leer el texto original y tener una idea general sobre qué tipo de documento es y sobre qué trata, para hacer las investigaciones necesarias, corroborar lo leído y buscar la terminología adecuada para la traducción.
Traducir textos médicos y farmacéuticos no es igual que traducir sobre software o videojuegos. Si bien la traducción de cualquier tipo de texto requiere un conocimiento previo, requiere informarse sobre el tema sobre el que se va a traducir, investigar, preguntar, etc., los textos médicos y farmacéuticos contienen información técnica muy sensible. Un mínimo error puede afectar al cliente económica y legalmente, a los profesionales sanitarios encargados de recetar el medicamento y a las poblaciones de pacientes que van a tomar el medicamento.
Hacer una traducción a las apuradas no nos permite captar toda la información del texto médico o farmacéutico y podemos pasar por alto algunas de las complejidades de los textos originales; entre ellas, la superposición de diferentes disciplinas científicas (cada una con su respectiva terminología) y el hecho de que los expertos (los que elaboran estos documentos), por lo general, no son lingüistas y suelen introducir errores que cambian el significado de una frase u oración. Los buenos traductores médicos especializados no hacen traducciones a las apuradas y eso les permite detectar estos errores y saber qué hacer con ellos para no transferirlos a sus traducciones.
Error #3: Creer que cualquier término vale porque expresa lo que crees que entendiste; es decir, no utilizar la terminología de uso obligatorio en la industria farmacéutica porque simplemente no sabías que tal cosa existía.
Existen diferentes recursos terminológicos; entre ellos, bases de datos terminológicas oficiales, diccionarios especializados y demás (recursos de los que hablaremos más adelante en otra publicación) donde podemos buscar la terminología que debemos utilizar en la documentación destinada a las autoridades regulatorias y la terminología adecuada para generar traducciones médicas precisas, profesionales y de calidad.
Estos son los 3 errores que todo traductor debe evitar si quiere dedicarse a la traducción médica y farmacéutica.
Estos errores pueden costarle caro a los clientes porque si el RCP no tiene el formato ni la terminología oficial requerida, la autoridad regulatoria; por ejemplo, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), va a rechazar la documentación, lo que va a demorar el proceso de solicitud de autorización de comercialización y eso en la industria farmacéutica se traduce en dinero perdido.
También puede costarte caro a ti, ya que ese cliente no va a volver a contactarte para trabajos tan especializados como estos y vas a perder la oportunidad de hacer traducciones para la industria farmacéutica, una industria en constante crecimiento, que brinda la posibilidad de trabajar incluso con las países menos pensados porque si bien los Estados Unidos, la Unión Europea y Japón lideran la industria, existe un nuevo mercado, denominado pharmerging, que está generando mucho trabajo de traducción médica y farmacéutica.
Afortunadamente, estos errores pueden evitarse. Solo requiere esfuerzo, tiempo y un poco de dinero (nada, en comparación con lo que puedes ganar si eres un buen traductor médico).